miércoles, 10 de noviembre de 2010

La chica que escribía te quiero con posos de café.

No eran más de las 6 y ella esperaba de pie a que la máquina de café estuviese preparada para fabricar sonrisas descafeinadas, era miércoles y le sobraba cafeína, sólo necesitaba aroma a café y una ducha bien fría para empezar una nueva historia. Normalmente los miércoles eran los mejores días para inventar historias, casi siempre acababan en almohadas compartidas y noches en las que el minutero del reloj de la cocina decidía tomarse unas vacaciones, dejándote disfrutar de las 24 horas del día amando hasta el próximo café, el cual evidentemente estaría doblemente cargado y acompañado de caricias escondidas en terrones de azúcar. Pero… cuidado, no te pases, ella siempre dijo que disfrutaba las cosquillas de cada sorbo amargo, que es mejor no mezclarlo con otros placeres matutinos…

The Smiths - Nowhere Fast


(To) Travel.

Para mi viajar es respirar el olor que desprenden tus te quiero bajo las sábanas. Viajar, es perderme en tu mirada hasta que el sol me venga a buscar, son los 3 minutos que mi corazón se dedica a bailar al compás de tu respiración antes de que te despiertes. Explorar cada centímetro de tu cuerpo en aeroplano, dibujando bandadas de pájaros con cada susurro que planea hasta que tus labios necesitan de los míos.

¿Para ti, qué es viajar?



Un sueño tonto y no más.

Son 4 paredes sin pintar, hay espacio de sobra para escribir 4 vidas y media. Prefiero dejarlas en blanco hasta que vuelvas, para pasar a rotulador permanente las dos palabras que escribimos a lápiz hace tiempo. Quiero que esas 4 paredes sean nuestras, sólo nuestras y que algún día cuenten historias de esas que se te clavan en las costillas y piden que te enamores.

¿Quién dijo que noviembre fuese frío?

Sus labios pedían evaporarse en cada exhalo de amor, humedecían lento las historias de dos corazones que consiguieron desnudarse a través de dos labios, un único beso y caricias bajo las sábanas de un colchón que conocía cada centímetro de sus cuerpos, que jugaban a ser uno sólo dándole los buenos días al sol y las buenas noches a la luna. Los poros de la piel te invitaban a viajar en susurros entrecortados, interrumpidos por las ganas de convertir las horas en algo interminable, hacer de cada una un barco a la deriva, disfrutar hasta empapar los sentidos de sueños escritos en el costado, sin dejar pasar la luz entre miradas,fundiéndose cuerpo con cuerpo, corazón con corazón.


The XX-Intro.