jueves, 18 de febrero de 2010

¿Desayunamos?

Hoy el sol no quería levantarse de la cama, supongo que tendría un día de esos en los que no deseas más diversión que sentir el roce de las sábanas. Aún así ella se levantó, no quería tomar el mal ejemplo del sol y desperdiciar un bonito día de lluvia disfrazado de veranos húmedos en ropa interior, eso sería una tontería y mucho más sabiendo que él seguía ahí, tumbado en la cama, perfumando cada rincón del pequeño cuarto. ¡Yo me hubiese levantado con tal de poder prepararle un café bien cargado de cariño y desayunar besos con tortitas! Sigue roncando, y eso que ella no tiene cuidado de no hacer ruido, menudo perezoso… Ya está vestida y se ha puesto tres gotas de perfume en la muñeca, su pelo sigue enmarañado pero le da un toque sensual. Finalmente él abre un ojo, la contempla, sonríe y suspira reviviendo cada segundo de la noche anterior, está pensando en no afeitarse y quedarse todo el día en la cama, hasta que las sábanas se adhieran a su piel, seguro que ella estaría encantada si él la invitase a unirse…
Sin embargo ella tenía otro plan en mente que para nada tenía que ver con excursiones sin retorno en el colchón, le apetecía olor a café y a tostadas quemadas, abrazos entre sorbo y sorbo y a los Smiths como banda sonora de un desayuno interminable.
¿Cuál de los dos se saldrá con la suya?
No hay cosa que me guste más que hacer planes para el desayuno y que no falte la cafeína que guarda en las comisuras de sus labios.

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